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La venganza de Etza

Iwia, un demonio terrible, desde siempre ha tenido la costumbre de atrapar a los shuar, meterlos en su enorme shrigra y después comérselos.

Fue así como, en cierta ocasión, atrapó y luego se comió a los padres de Etza. El pequeño Ezta vivía en la comunidad Shuar, su nombre significaba Sol, el valiente Sol, el generoso Sol de sus antepasados. Entonces raptó al poderoso niño para tenerlo a su lado y durante mucho tiempo le hizo creer que era su padre.

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Cuando Etza creció, todos los días al amanecer salía a cazar para el insaciable Iwia que siempre le pedía pájaros a manera de postre, el muchacho regresaba con la gigantesta shigra llena de aves de todas las especies, pero una mañana, cuando a penas empezaba su caería descubrió con asombro que la selva estaba en silencio.

 

Ya no había pájaros coloridos por ninguna parte, solo quedaba la paloma Yápankam, posada sobre las ramas de una Malitagua, cuando Etza y la paloma se encontraron en medio de la soledad, se miraron largamamente

-¿Me vas a matar también?- preguntó la paloma Yápankam

-No- dijo Etza- ¿de qué sirviría? Parece que he dejado toda la selva sin pájaros, este silencio es terrible.

 

Etza sintió que se le iban las fuerzas y se dejó caer sobre el colchón de hojas del piso, entonces Yápankam voló hasta donde estaba Etza y al poco tiempo, a fuerza de estar juntos en medio de ese bullicioso silencio en el que aún flotaban los gritos de los monos y las pisadas de las hormigas, se conviriteron en amigos. La paloma aprovechó para cantarle al muchacho la manera en que Iwia había matado a sus verdaderos padres.

 

Al principio Etza se negó a creer lo que le decía, pero a medida que escuchaba las aleteantes palabras de Yápankam empezó a despertar del engaño que había tejido el insaciable Iwia y entonces como si lo hubiera astillado un súbito rayo se deshizo en un largo lamento. Nada ni nadie podía consolarlo, lloraba con una mezcla de rabia y tristeza golpeando con sus puños el tronco espinoso de la enorme malitagua.

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Cuando Yápankam se dio cuenta de que Etza empezaba a calmarse le dijo:

-Etza, muchacho no puedes hacer nada para devolverle la vida a tus padres, pero aún puedes devolvérsela a los pájaros.

-¿Cómo?- dijo Etza

La paloma explicó: Introduce en la cerbatana las plumas de los pájaros que has matado y sopla.

El muchacho lo hizo de inmediato desde su larga cerbatana empezaron a salir miles y millones de pájaros de todos los colores que levantaron el vuelo con su alegría poblaron nuevamente la selva.

Desde entonces les aseguro que Etza nuestro amado Sol y el demonio Iwia son enemigos mortales.

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Ruta

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Duración

Esta travesía tiene una duración de 4 días maravillosos por lo más profundo de la selva

Además

Esta ruta cultural por el corazón de la amazonía cuenta con comida incluiday guía en toda su travesía.

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